miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Coincidencia o destino?

A veces me pongo a pensar si las cosas que nos suceden a diario son parte de nuestro destino o simplemente son coincidencias de la vida. En mi opinión nosotros hacemos nuestro propio destino, pero en muchas ocasiones pienso que nuestro destino ya está marcado. Esto se me vino a la mente después de un acontecimiento que me ocurrió el 22 de enero de 2010.

Era un viernes cualquiera, iniciando mi día en la prepa con la clase de matemáticas y terminando mi horario a las 2:30 después de la clase de pensamiento crítico. Algo de lo que no puse mucha atención (hasta semanas después de este día) fue que la última diapositiva de la presentación que nos mostraron en nuestra clase de ciencias de la vida mostraba una fractura de tibia y peroné en una pierna. Esto no significaba mucho para mí en ese momento, solamente lo veía  como información para estudiar del primer parcial. Ese día no tenía partido en la prepa puesto que el torneo de futbol no había iniciado, por lo tanto fui a la casa de mis abuelos cuando me recogieron de la prepa. Cuando me estaba despidiendo recuerdo perfectamente las últimas palabras que me dijo una amiga antes de subirme al carro: “Cuídate!”. Al igual que la tibia y el peroné fracturado que vi en la clase de ciencias, tampoco le puse mucha atención a estas palabras de mi amiga Marisol. Solamente pensé que era una bonita manera de decirme que me deseaba lo mejor para mí salud y que yo pusiera de mi parte para mantenerme sano. Luego comencé mi recorrido hacia la casa de mis abuelos.

Como es costumbre mi primo Alfonso estaba ahí con mis abuelos y ambos subimos a la terraza para jugar futbol con una pelota de tenis. Nosotros nos habíamos puesto de acuerdo en que el que volara la pelota, tenía que bajar de la terraza y salir a la calle para recuperar nuestro “balón de futbol”. Entonces yo la volé una vez y fui por el balón. Bajé por la pelota y cuando ya iba de regreso un señor se me acerca y me pregunta en inglés si están mis padres (el señor era canadiense). Yo le comenté que ésta era la casa de mis abuelos y que sólo se encontraba mi madre. Por lo tanto el señor me dijo que tomara una revista y que le diera una hojeada. Me mostró la última página y la página tenía un pequeño fragmento acerca de los huesos, mostrando la tibia y el peroné. Aquí fue cuando recordé mi clase de ciencias de la vida y le di las gracias a este señor por darme esta revista que me podía servir para estudiar mejor los huesos. Bueno, luego de haber dejado la revista dentro de la casa de mis abuelos regresé a jugar futbol y otra vez volé la pelota. Y en ese momento se me vino una idea a la mente (todavía no entiendo porque seguí esta idea). Pensé en brincar de la terraza (segundo piso de la casa) hasta la banqueta para ir por el balón. Eran entre 2.5 -3 metros de altura y pensé que lo haría sin problemas. Cuando caí a la banqueta no me pude levantar y unos albañiles que estaban trabajando a lado me decían que no moviera mi pierna. La adrenalina era tan intensa que no sentía dolor y no veía razón por la cual no mover mi pie, hasta que lo moví. Me dolió hasta el alma. En ese momento me había fracturado la tibia y peroné. Fui al hospital y en esa misma noche del 22 de enero de 2010, me operaron. Anduve mes y medio en silla de ruedas en la prepa y otro mes y medio en muletas. Me recuperé (solo para caminar, no para ya empezar a correr y jugar futbol) en un total de 3 meses. El doctor que me había operado me dijo que había sido su paciente más rápido en sanar y esto me hacía muy feliz. Pasaron otros tres meses y ya era el mismo Brandon de antes: corriendo por todos lados y jugando futbol.

Hoy me sigo preguntando acerca de lo que pasó ese día: ¿En realidad era el destino fracturarme los huesos del pie y es por ello que me llegaban señales (en clase de ciencias, las palabras de mi amiga Marisol y el artículo de la revista que me dio el señor) durante el día que me decían que tuviera cuidado con mis acciones o acaso todo esto fue una simple coincidencia con el acontecimiento de ese día? Yo pienso que fue el destino. En todo el día me llegaron 3 señales y yo no les di mucha importancia. Aunque también pienso que todos nosotros controlamos nuestro destino y somos responsables de nuestras acciones. Desde aquel día me he hecho la promesa de que me cuidaré mucho más y pensaré lo que voy a hacer, más de dos veces antes de hacerlo. Como diría la banda de mi tocayo Brandon Flowers:

“But it’s just the price I pay

Destiny is calling me

Open up my eager eyes

‘Cause I’m Mr. Brightside”



—Mr Brightside by The Killers

Y ahora… ¿Controlarás tu destino o dejarás que él decida lo que te pase a ti?

(Lo más doloroso que me pasó fue tener el abono de los Rayados y no poder ir al estadio. Aunque sí fui el día de mi cumpleaños el 20 de marzo de 2010.)

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